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Enigmática y multifacética, ha sido una de las atracciones de la temporada de festivales -fuera y dentro de la pantalla-, a propósito de su protagónico en “La habitación de al lado”, el primer largometraje en inglés de Almodóvar.
Dos mujeres unidas por la amistad y la muerte es la premisa de “La habitación de al lado” (2024), que la anglosajona estelariza junto a la estadounidense Julianne Moore. La cinta ya se llevó el León de Oro en Venecia por Mejor Película, por lo que la nueva musa de Pedro Almodóvar ahora se prepara para desfilar triunfante por la alfombra roja del Festival de Cine de San Sebastián, este jueves 26 de septiembre. Swinton será la encargada de entregar el Premio Donostia al realizador manchego, distinción concedida a los personajes con mayor aporte al Séptimo Arte.
“LA SANGRE ES MÁS FUERTE”
De presencia extraña, pero de personalidad sencilla, Katherine Matilde Swinton proviene de una familia de alta alcurnia. Su apellido se remonta a la Edad Media, perteneciendo a uno de los clanes más antiguos y adinerados de Escocia. Pese a que nació el 5 de noviembre de 1960 en Londres, Inglaterra, se declara escocesa de tomo y lomo: “No me gusta decir que soy inglesa, porque todos mis lazos familiares están en Escocia. La sangre es más fuerte”.
Hija del Mayor General del Ejército Británico, Sir John Swinton, y de la aristócrata Judith Balfour, asistió a prestigiosos internados ingleses, entre esos el West Heath Girl's School. Allí no solo fue seleccionada de atletismo, también compartió aula con su buena amiga Diana Spencer, la que años después se convertiría en Lady Diana de Gales. De ese tiempo tiene recuerdos de tristeza, resintiendo no haber estado con los suyos. Se manifiesta en contra de ese sistema de educación, por lo que expresa su descontento con filmes como “Harry Potter”, por romantizar la frialdad de ser criado en un colegio.
Al terminar la secundaria realizó trabajos voluntarios en África, enfrentándose cara a cara con la pobreza y la desolación. Así aprendió a vivir con una mirada sencilla y auténtica. Estudió en la Universidad de Cambridge Ciencias Políticas y Sociales, cuando participaba en el Partido Comunista de Gran Bretaña y el Partido Socialista de Escocia. También se tituló en Literatura Inglesa. Aunque nunca estudió actuación, tenía un talento innato para la interpretación que la llevó a los grandes teatros de Escocia e Inglaterra.
LA ANTIDIVA
Hollywood siempre la quiso en sus filas. Sin embargo, la artista de 63 años siente que en la gran industria juega de visita, lo suyo es el cine independiente. Con casi 4 décadas de trayectoria, sus personajes han sido tan versátiles como ella misma. Comenta sobre lo que significa el éxito para ella: “Estar en la cima es trabajar con amigos que te hagan sentir cómoda, no se trata ni de fama ni de premios”.
Su debut fue en “Caravaggio” (1986), y su primer protagónico llegó en 1992, en “Orlando”, momento en que empezó a explotar su estética andrógina. Entonces la llamaban la antidiva, en forma peyorativa. Esa dualidad hoy la hace una belleza icónica. Su filmografía variopinta consta de más de 100 títulos, por mencionar algunos: “Constantine” (2005), la saga “Las crónicas de Narnia” (2005-2010), “Solo los amantes sobreviven” (2013), “El Gran Hotel Budapest” (2014), “Doctor Strange” (2016), “Avengers: Endgame” (2019) y “The souvenir” (2019), rodaje en la que comparte escena con su hija Honor. Recibió el Óscar a Mejor Actriz Secundaria por su actuación en “Michael Clayton” (2008), estatuilla que regaló a su agente estadounidense: “Fue su mérito el conseguirme este papel, lo merece mucho más que yo”, confesó.
”YO NO SOY ACTRIZ”
En 1989 conoció al dramaturgo inglés John Byrne, unos 20 años mayor que ella. Se enamoraron, se fueron a vivir a Naim, Escocia, y tuvieron a los mellizos Xavier y Honor, en 1997. En el 2005 terminaron la relación. Por la confianza y amistad que tenían, siguieron compartiendo techo, mas en habitaciones separadas. La estrella ya tenía un nuevo amor desde el 2004, el artista alemán Sandro Kopp, nada menos que 17 años menor, y el que no se demoró en mudarse a la residencia. Esto provocó un revuelo mediático, pues se especulaba sobre un trío entre Tilda y sus “dos hombres”. Fue el propio escritor quien salió a desmentir el presunto poliamor, argumentando que él ya tenía una relación con otra mujer. Tilda no le dio importancia alguna al malentendido.
Gran amiga del desaparecido David Bowie, tenían una especial conexión, en parte por esa estética camaleónica, la que compartían como hermanos. Esa misma estética la llevó a ser la imagen de grandes diseñadores, desfilando para Chanel, Christian Dior, Karl Lagerfeld y Viktor & Rolf, entre otros.
Su elegante figura de metro 80, su palidez y esa capacidad para no parecer tajantemente ni mujer ni hombre, ni joven ni vieja, la hacen sobresalir dentro de un mundo en el que nunca imaginó terminar: “Mi visión de futuro era compartir con mis amigos, en la cocina de mi casa con una cerveza en mi hermosa Escocia. Yo no soy actriz, no me hago cargo de las luces y el brillo, solo soy una intérprete y punto”, explica. Participa activamente del movimiento LGBTQ+ y se reconoce como “queer”, definición en inglés para quienes rechazan las clasificaciones y fronteras entre mujer y hombre, sino que viven en una libertad de mente y cuerpo, sin imposiciones de ningún tipo.
La pelirroja -que suele teñirse rubia- seguirá en la palestra cinematográfica. Luego del certamen vasco, “La habitación de al lado” tendrá su gran premiere en el Festival de Cine de Nueva York, el próximo 4 de octubre, y aterrizará en el Festival Internacional de Cine de Londres, entre el 9 y el 20 del mismo mes. La obra llega a Latinoamérica el 5 de diciembre. “Estoy agradecida de mi amistad con Pedro y feliz de haber tenido el coraje de rogarle trabajar con él ¡a pesar de no hablar español!”, relata con entusiasmo.
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